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Equipo Infinito.



lunes, 11 de febrero de 2013

Un Origen Muy Diferente Al De Su Uso Actual.



Casi todo el mundo piensa que la arroba es un invento propio de la “era Internet”, sin embargo, su historia es mucho más antigua y su origen se remonta al latín. Los árabes ya lo usaban hace siglos, y los marineros lo empleaban habitualmente al detallar el contenido de las bodegas de sus barcos. Esta es la desconocida historia de “@”, uno de los símbolos más usados de la actualidad.

Aunque actualmente, el símbolo de la arroba está relacionado con internet, sobre todo con la dirección de correo electrónico, la mayoría de los historiadores creen que el origen de la palabra “arroba” proviene del árabe, concretamente del término “ar-roub“, que significa cuarto o cuarta parte, de hecho, la arroba es una unidad de masa usada hasta hace pocos años y que es la cuarta parte de un quintal, es decir, 11,34 kilogramos.

En cuanto al símbolo en sí mismo, esa especie de “a” encerrada por un círculo, tiene sus orígenes en una práctica común entre los encargados de copiar libros en latín, a mano, allá por la Edad Media. Estos copistas utilizaban “@”, uniendo entre sí las letras “a” y “d” para formar la preposición latina “ad”, que significa “hasta” o “hacia“. La preposición “ad” aparecía con mucha frecuencia en esos textos, y tiene sentido que haya sido reemplazada por un solo símbolo. Poco a poco, la “@” fue haciéndose popular en otros ámbitos, y empezó a aparecer -por ejemplo- en las cartas oficiales redactadas en latín antes del nombre de su destinatario.

Uno de los documentos más antiguos que se conocen que contiene una “@” impresa data del 4 de mayo del año 1536, y se trata de una carta enviada por un mercader italiano, Francesco Lapi., desde Sevilla a Roma.
Este documento fue descubierto por el profesor Giorgio Stabile, de la Universidad La Sapienza, mientras restauraba una colección fotográfica para el Instituto Treccani, y en dicho escrito se detalla la llegada de tres barcos provenientes de América, cargados de tesoros. Pueden leerse párrafos como “Así, una @ de vino, que es 1/13 de un barril, vale 70 u 80 ducados…” En ese contexto, la arroba representaba una unidad de medida utilizada por griegos y romanos que equivalía a “un cuarto de ánfora.” ¿Confuso, verdad? Pero eso no es nada: podía (y en algunos sitios aún puede) emplearse como medida de capacidad o volumen, con un valor que variaba de acuerdo al producto que se estuviese comerciando. Por ejemplo, si se trataba de líquidos, “una arroba de aceite” era equivalente a unos 12 litros y medio, pero si se estaba negociando con vinos, su valor era de algo más de 16 litros. También se la utilizó como medida de masa. En efecto, la “@” representa una masa equivalente a la cuarta parte de un “quintal.” El quintal es una antigua unidad de masa y de capacidad usada en España y en Hispanoamérica -en Argentina es común escuchar a las personas mayores, en el campo, hablar de “quintales de trigo por hectárea”- que equivale exactamente a 46,0093 Kg. Una “@”, por lo tanto, entonces, equivale a poco mas de 11 kilogramos y medio.

A pesar de la antigüedad de ese documento, algunos historiadores -como el aragonés Jorge Romance- aseguran que el símbolo de la arroba ya se utilizaba en el año 1448, en el detalle de un envío de trigo desde Castilla hacia el Reino de Aragón. Pero con el paso del tiempo, y salvo regiones muy especificas, la “@” dejó de utilizarse. Solamente se mantuvo más o menos viva en los Estados unidos, donde se empleaba en los registros contables, estableciendo el precio unitario de un producto en una factura. Podía aparecer en medio de la descripción de una operación, algo como “15 cajas @ 5 dólares cada una”, donde indicaba que el valor de cada caja facturada era de cinco dólares. También tiene mucho sentido, ya que en inglés “@” se dice “at”, que significa “a” (y también “en”, “de” y “hacia”). Esto hizo que cuando se inventó la máquina de escribir a fines del siglo XIX, el símbolo de la arroba fuese incluido en su teclado. Y, como el teclado de los ordenadores es una evolución de los de aquellas máquinas, la arroba también se encuentra en ellos.

Pero la relación de la “@” con el correo electrónico es muy posterior a todo esto. Cuando el ingeniero estadounidense Ray Tomlinson, que creó el e-mail en 1971, estaba buscando un símbolo que sirviese para identificar las direcciones de correo, uno de los pocos disponibles en los teclados era justamente la arroba. “Hubiese sido más fácil usar un corchete, un paréntesis o incluso una coma, pero estos símbolos ya eran utilizados para otros fines, y de los símbolos que quedaban libres, la @ era el mejor”, ha explicado hace algunos años Tomlinson. “Otro punto a favor de este símbolo es que al traducirse como at en inglés daba una sensación de localización”, agregó.

La primera dirección de correo electrónico de la historia fue “tomlinson@bbn-tenexa” Esta dirección, y según el uso que le dio este ingeniero a la arroba en la informática, puede interpretarse como “Tomlinson en la (@) máquina bbn-tenexa”.

De esta manera, un carácter inventado por los copistas medievales como una forma de simplificar su trabajo se convirtió en el símbolo del correo electrónico.

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